sábado, 23 de mayo de 2009

Romance de Antonio Vega

Su música, pero también su figura enjuta, la historia de sus amores y sus caídas están incorporadas a mi experiencia emocional. Le compartí durante largos años con la persona más importante de mi vida, y ahora, mucho tiempo después de que el ayer sea pasado, su muerte enhebra los recuerdos. Viendo la conmoción en torno a la figura de Antonio Vega me he dado cuenta de que no era el artista que desde la intimidad daba medio por olvidado. Sólo viendo desde ayer los mil y un lugares que arden en su homenaje, descubro que había un sinfín de rincones de intimidad similares al que yo le guardaba. Era un mito.
Quien me inoculó el virus de Antonio Vega me sacaba unos años que hoy resultarían irrelevantes. Ayer un compañero al que debo llevar más de diez años me preguntaba por mi canción favorita entre las suyas (”El sitio de mi recreo”, le contesté). Era uno de esos artistas raros que impregnan a varias generaciones. Raro no porque guste por igual a los de 25 o a los de 50, sino por la intensidad con que gustaba. Es lo que tiene la melancolía, que se cuela hasta dentro y que no admite distinciones.
Seguramente porque lo llevamos incorporado a nuestra cultura, al margen de las convicciones personales acabamos cargando con cierto interés por lo religioso. En mi caso caso siento debilidad por los santos y cuando intento destacar mucho a un personaje, antes que el don le aplico un san. Mi San Antonio Vega tiene hasta canción, una suya: “San Antonio”, que en realidad habla de una historia que pasó un 13 de junio; una historia de tragedias corrientes, para un santo laico.


No sé si “San Antonio” está entre sus mejores composiciones, pero no he escuchado ninguna que no me encante. Antonio Vega, a secas y despegado de Nacha Pop, ha sido un excelente compositor, con canciones que forman parte del paisaje sentimental de varias generaciones, un artista muy personal y ha tenido además la cualidad de hacer versiones que mejoraban el original. “Me quedo contigo”, de Los Chunguitos, y, sobre todo, “El romance de Curro El Palmo” de Serrat son un par de ejemplos que venero. Desde ayer el estribillo de Currito El Palmo, acariciado por la voz de Antonio, no se me va de la cabeza:


Ay mi amor, sin ti no entiendo el despertar,
ay mi amor, sin ti mi cama es ancha.
Ay mi amor, que me desvela la verdad,
entre tu y yo la soledad
y un manojillo de escarcha…


Esta viñeta se ha publicado hoy en la última página del periódico. Me parece un bonito homenaje de Javi García. Desde ayer se han hecho muchos, me ha resultado precioso el de RTVE, en su página web, con mucho material, muy bien escogido, pero, sobre todo, con mucho sentimiento. Dejo el enlace aquí Adiós a Antonio Vega. Ese chico triste y solitario… Hermosa la pieza sin palabras de La 2 Noticias, se puede volver a ver en el blog de Mara Torres.




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