Existe ya en España una generación perdida, a diferencia de las del pasado no por ningún tipo de fractura bélica. No es por ninguna guerra civil, o por ninguna primera o segunda guerra mundial. La fractura llegó con la modernidad, a una sociedad demasiados años al margen del mundo que se abrió a él de golpe. Con una nueva generación de jóvenes sumidos en el experimento novedoso de la vida en Democracia, sin referentes anteriores ni información alguna, ansiosos por vivir en primera persona nuevas realidades radicalmente antagónicas frente al oscuro pasado. En el camino falto información y asimilación, y poco a poco se fueron quedando muchos en el. Los que nacimos con la democracia solo fuimos pequeños espectadores, y tuvimos conocidos o amigos mayores, protectores en vagos recuerdos de nuestra infancia, que se quedaron también en el camino. Antonio Vega fue un referente hasta su muerte de esa fractura, un espejo en el que mirar y vernos reflejados los que tuvimos la suerte de ser espectadores y a día de hoy recordamos a todos aquellos hermanos mayores que hoy en día ya no están con nosotros.
martes, 19 de mayo de 2009
“Descansa tranquilo compañero”
JOHNNYBGOOD dijo el 12 Mayo 2009 a las 5:14 pm
Existe ya en España una generación perdida, a diferencia de las del pasado no por ningún tipo de fractura bélica. No es por ninguna guerra civil, o por ninguna primera o segunda guerra mundial. La fractura llegó con la modernidad, a una sociedad demasiados años al margen del mundo que se abrió a él de golpe. Con una nueva generación de jóvenes sumidos en el experimento novedoso de la vida en Democracia, sin referentes anteriores ni información alguna, ansiosos por vivir en primera persona nuevas realidades radicalmente antagónicas frente al oscuro pasado. En el camino falto información y asimilación, y poco a poco se fueron quedando muchos en el. Los que nacimos con la democracia solo fuimos pequeños espectadores, y tuvimos conocidos o amigos mayores, protectores en vagos recuerdos de nuestra infancia, que se quedaron también en el camino. Antonio Vega fue un referente hasta su muerte de esa fractura, un espejo en el que mirar y vernos reflejados los que tuvimos la suerte de ser espectadores y a día de hoy recordamos a todos aquellos hermanos mayores que hoy en día ya no están con nosotros.
Existe ya en España una generación perdida, a diferencia de las del pasado no por ningún tipo de fractura bélica. No es por ninguna guerra civil, o por ninguna primera o segunda guerra mundial. La fractura llegó con la modernidad, a una sociedad demasiados años al margen del mundo que se abrió a él de golpe. Con una nueva generación de jóvenes sumidos en el experimento novedoso de la vida en Democracia, sin referentes anteriores ni información alguna, ansiosos por vivir en primera persona nuevas realidades radicalmente antagónicas frente al oscuro pasado. En el camino falto información y asimilación, y poco a poco se fueron quedando muchos en el. Los que nacimos con la democracia solo fuimos pequeños espectadores, y tuvimos conocidos o amigos mayores, protectores en vagos recuerdos de nuestra infancia, que se quedaron también en el camino. Antonio Vega fue un referente hasta su muerte de esa fractura, un espejo en el que mirar y vernos reflejados los que tuvimos la suerte de ser espectadores y a día de hoy recordamos a todos aquellos hermanos mayores que hoy en día ya no están con nosotros.
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