lunes, 18 de mayo de 2009

Hasta siempre, Antonio

A las emociones los frenos no les sientan bien, y yo estoy hoy gravemente emocionado porque ha muerto Antonio Vega, así que me propongo descarrilar un poco.

Las bambalinas del pop llevaban anunciando su muerte desde hace años, le pisaba los talones continuamente, pero esta vez parece que va en serio, parece que ha caído el velo negro definitivamente, aunque no me lo acabe de creer.


Su vida la entendió a su manera, con unas coordenadas difícilmente clasificables; gastaba lo que ganaba y vivía con lo puesto, y a veces ni siquiera eso, sin más pretensión ni necesidad. Y como era de esperar, se ha marchado sin hacer ruido, sin pedir la venia, sin acabar de ordenar la habitación, y ahora un gran vacío llena todo alrededor.


Su historia con la música es la de un amor incompleto que buscaba su sitio en el universo sin encontrarlo; “Lo que la vida nos dio, ni la distancia ni el tiempo nos lo quitó”, una vida malherida apostada en cada envite a cara o cruz.
Nadie como el Vega supo jugar y conjugar la melancolía, nadie como él supo disparar canciones de amor y de dolor, de momentos irrecuperables que te quiebran por dentro, que se adueñan de uno.


Nos quedan sus canciones, esas que nos blindan el corazón y nos protegen de las heridas invisibles que nos deja cada zarpazo de la vida; ahora nos queda pegarnos a esos sueños cantados que parecen tan cercanos que se pueden acariciar casi sin tocarlos, y que se cuelan en los bolsillos sin darte cuenta.


Si de mozo rompí algún plato fue siempre pegado a los acordes de su ‘Chica de ayer’, aquel temazo con el que retumbó toda la movida madrileña; “Un día cualquiera no sabes qué hora es / te acuestas a mi lado sin saber por qué….”


Ha muerto un grande de la música que sobrevivió regalando sentimientos para todos los públicos; hoy la vida es mucho más triste, y sólo me queda dejarme llevar siempre por sus canciones y seguir persiguiendo sombras para que me acunen en los momentos de soledad.


Hoy quizá las estrellas se olviden de salir, o quizá salgan todas juntas para acompañar mi llanto porque ya no estás. Descanse en paz, Antonio Vega Tallés.
"Mi ca, ca, ca, cabeza da vueltas persiguiéndote……."


Edu Rob

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