sábado, 23 de mayo de 2009

El motor de toda una época -de Álvaro Urquijo-

Conocí a Antonio Vega alrededor de 1980 en 'Pentagrama', cuando él ya tocaba con Nacha Pop. Me lo presentaron como un artista consagrado: para mí era un ídolo, yo tenía sólo 17 años y había participado en la grabación de alguna maqueta. Era apenas un poco mayor que nosotros, pero la brecha generacional se notaba. Antonio había compuesto para entonces 'La chica de ayer' y era alguien muy maduro para la época, un motor que dotaba de contenido a unos años que estuvieron rodeados de tanta parafernalia. Como otros que también han desaparecido, como mi hermano Enrique o Carlos Berlanga, dieron impulso a la música que nos ha acompañado en todo este tiempo, actuaron como el oleaje necesario para propulsarla. La muerte de Antonio me ha dejado desolado. Se ha ido un intérprete y un compositor de primer orden, tardará años en aparecer alguien como él. Y es ahora cuando más vamos a añorarle, aunque haya dejado una herencia musical y espiritual que perdurará en todos nosotros. Un puñado de canciones, de joyas, que le han hecho más duradero que lo que duró la 'movida'.

Cada uno vive y es de una manera, y todos acabamos muriendo. Sin embargo, lo que Antonio ha dejado seguirá estando aquí. Yo no soy demasiado creyente. Pero si existe un más allá, molecular o cuántico, quiero pensar que será más fácil entrar en él si vas acompañado de la música, de la literatura, del arte. Todo lo que contribuye a mover las cosas tiene que ser bien recibido. A veces me preguntaban si me imaginaba a Los Secretos pasados diez años, y yo solía decir que si surgían nuevos Antonio Vega nos dejarían a todos fuera. Le respetaba muchísimo, era su amigo pero también su fan. Deja un hueco que difícilmente se podrá cubrir.

(Álvaro Urquijo Miembro de 'Los Secretos'

No hay comentarios:

Publicar un comentario